Corrupción en la antigua Roma. 2ª parte.
Teresa de las Nieves Alegre.
La Antigua Roma, una civilización que ha dejado una profunda huella en la historia, no solo es conocida por sus logros monumentales, sino también por las sombras que se alzaron dentro de sus instituciones. Una de las sombras más persistentes y notorias fue la corrupción.
Exploramos las raíces, manifestaciones y consecuencias de la corrupción en una sociedad que llegó a dominar gran parte del mundo conocido. La corrupción no era un fenómeno aislado en Roma; era un mal que corroía las bases de la República y, posteriormente, del Imperio.
En la República, la corrupción se infiltró en las altas esferas del gobierno a través de sobornos, nepotismo y enriquecimiento personal a costa del bienestar público. Las luchas de poder entre facciones políticas solo exacerbaron esta lacra, llevando a la descomposición del sistema republicano que una vez había sido un faro de virtud y servicio público.
Con la transición hacia el Imperio, la corrupción persistió y se expandió. Los emperadores, algunos de ellos infames por sus excesos y extravagancias, establecieron un patrón que se replicaría en toda la administración imperial. Los funcionarios corruptos, conocidos como "delatores," a menudo ejercían un poder desmedido y se beneficiaban de sus acusaciones falsas.